La administración Trump disolvió el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una controvertida iniciativa de reducción de costos encabezada por Elon Musk, meses antes de su finalización prevista. La medida pone fin efectivamente al programa destinado a reducir el supuesto desperdicio y racionalizar la fuerza laboral federal.
Orígenes y mandato
DOGE se estableció en enero mediante una orden ejecutiva que prometía revisar el gasto y el personal federales. Musk reunió un equipo principalmente de sus empresas privadas, con la tarea de eliminar el fraude, el despilfarro y el abuso dentro de los departamentos gubernamentales. Inicialmente se esperaba que la iniciativa funcionara durante casi dos años.
Terminación repentina
Reuters informó por primera vez del abrupto final del programa durante el fin de semana. Scott Kupor, director de la Oficina de Gestión de Personal de EE. UU., confirmó la disolución de DOGE en un tweet y afirmó que “no existe” a principios de noviembre. Si bien Kupor afirmó que los principios básicos de DOGE (desregulación, eficiencia y reforma laboral) continuarían bajo el Servicio Digital de EE. UU., la estructura de liderazgo centralizado ha desaparecido.
Legado controvertido
Durante su breve existencia, DOGE reclamó miles de millones en ahorros de los contribuyentes. Sin embargo, los críticos, incluidos los legisladores, argumentan que los recortes se produjeron a expensas de programas esenciales sin beneficios demostrables a largo plazo. Algunos observadores han vinculado las acciones de DOGE con consecuencias graves, como el cierre de USAID, que según los críticos provocó un aumento de las tasas de mortalidad en regiones que dependen de la ayuda humanitaria estadounidense.
Preocupaciones de seguridad y salida de Musk
DOGE enfrentó acusaciones de acceder a bases de datos federales confidenciales, lo que generó preocupaciones sobre la seguridad de los datos y la posible explotación por parte de actores maliciosos. Elon Musk dejó el grupo de trabajo a principios de este año luego de una disputa con el presidente Trump. Según se informa, los miembros del personal están preocupados por posibles cargos federales, ya que es posible que Musk ya no esté en condiciones de obtener el indulto para ellos.
La terminación de DOGE marca un cambio significativo en el enfoque de la administración hacia la eficiencia gubernamental, lo que plantea dudas sobre el impacto a largo plazo de sus políticas y la responsabilidad de los involucrados. El legado del programa sigue siendo polémico, y continúan los debates sobre su eficacia, sus implicaciones éticas y el costo final de sus acciones.







































