La carrera del Vaticano por comprender la inteligencia artificial general

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La Iglesia Católica, bajo el Papa León XIV, se está convirtiendo silenciosamente en un escenario clave en el debate sobre la Inteligencia General Artificial (AGI). Si bien parece un campo de batalla improbable, una creciente coalición de investigadores, científicos e incluso sacerdotes está presionando para que el Vaticano tome en serio los riesgos potenciales de la AGI, antes de que sea demasiado tarde.

Los “Vengadores de la IA” y la urgencia de AGI

John-Clark Levin, un investigador en el campo, ha creado una red a la que llama los “Vengadores de la IA”: aproximadamente tres docenas de expertos que trabajan para crear conciencia dentro del Vaticano sobre la AGI. La preocupación central es simple: si la Iglesia espera pruebas definitivas de los peligros de AGI, puede perder la oportunidad de actuar. Empresas tecnológicas líderes como OpenAI, Microsoft, Google y Meta están buscando activamente la AGI, y algunos expertos creen que se podría lograr un gran avance en unos años.

¿Qué es el AGI y por qué es importante?

AGI se refiere a la IA que iguala o supera las capacidades cognitivas humanas en todos los dominios. El concepto es muy debatido. Algunos creen que ya está aquí, otros que faltan décadas y algunos dudan de que alguna vez exista. Sin embargo, lo que está en juego es enorme. La AGI podría generar avances sin precedentes en la ciencia y la medicina, o podría provocar desigualdad, inestabilidad o incluso eventos catastróficos como una guerra nuclear.

La participación del Vaticano es crítica no por su poder militar o económico, sino por su singular poder blando. La autoridad moral del Papa llega a miles de millones, trasciende fronteras y moldea la opinión global. Esto, combinado con la neutralidad del Vaticano, le otorga un poder de convocatoria que podría ser vital para mediar en el cada vez más tenso debate sobre el AGI entre China y Estados Unidos.

Un Papa experto en tecnología

El Papa León XIV está en una posición única para abordar esta cuestión. Es el primer Papa estadounidense, lo que podría facilitar la comunicación con los laboratorios de inteligencia artificial con sede en Estados Unidos. Más importante aún, tiene una licenciatura en matemáticas y, según se informa, tiene un sólido conocimiento de la tecnología, una novedad para un pontífice. Esta fluidez técnica será crucial para comprender las complejidades de AGI.

La respuesta del Vaticano hasta ahora

La Iglesia no está ignorando por completo a la IA. El Papa Francisco, predecesor de Leo, discutió con frecuencia su impacto social y encabezó el “Llamado de Roma para la ética de la IA”, firmado por las principales empresas tecnológicas. El Papa León también ha hecho de la IA un tema definitorio de su papado, citando sus riesgos para la “dignidad humana, la justicia y el trabajo”.

Sin embargo, estas discusiones aún tienen que abordar explícitamente la AGI. El objetivo de Levin es convencer al Vaticano de que reconozca formalmente la AGI como un desarrollo futuro plausible y lance una consulta científica para explorar sus implicaciones. Esto reflejaría el enfoque de la Iglesia hacia el cambio climático: reunir opiniones de expertos antes de formar una posición.

“AGI pillando” el Vaticano

Hacer lobby en el Vaticano es diferente a navegar por Washington o Bruselas. Requiere comprender una mezcla compleja de dinámicas religiosas, políticas y cortesanas. Levin describe su enfoque como un “trabajo detectivesco a la antigua usanza”: establecer relaciones con el clero y defender silenciosamente la urgencia de AGI.

El desafío clave es convencer al Vaticano de que la AGI es una amenaza cualitativamente diferente a la IA normal. No se trata sólo de algoritmos más rápidos, sino de un cambio fundamental en la inteligencia que podría remodelar el mundo.

Una audiencia con el Papa

Levin consiguió recientemente una audiencia privada con el Papa León XIV, gracias a un asistente a una conferencia de IA que ofreció su acompañante no utilizado. Si bien el encuentro probablemente será breve, representa una oportunidad crucial para transmitir su mensaje directamente.

La respuesta del Vaticano aún está por verse. Pero a medida que se acelera el desarrollo de AGI, el compromiso de la Iglesia con este tema podría resultar decisivo para dar forma a su futuro.

La carrera para informar a la autoridad moral más poderosa de la Tierra está en marcha y las implicaciones para el futuro de la IA son profundas.